02 diciembre 2009

El Quiropráctico y la Bala de Plata (Shit Happends)

Advertencia: Este no es un post sobre terapeutas licántropos, aunque eso hubiera sido buen tema para este pasado halloween.

Después de dos meses de inmovilidad casi total -en otras palabras cero aikido-,  obviamente el cuerpo empieza a resentirlo, en especial con un fuerte dolor en el cuello (que se manifestó a las cuatro de la mañana), que se cura ya sea con la práctica en el dojo o la visita al consultorio del quiropráctico de cabecera, lo que generalmente aplica cuando mis abogados me tienen demasiado ocupado como para ir a practicar.

Llamo al consultorio de la oficina, me dan cita a la una, llego bastante rápido a los rumbos de la Del Valle / Nápoles, además de que el día está bastante agradable.  Se ve bien mi perspectiva del día.

Normalmente resulta complicado estacionarse en las inmediaciones del consultorio, así que me alegré sobremanera al encontrar rápidamente un lugar muy cerca, muy grande (soy bastante torpe para la estacionada).  Hasta pensé "esto es demasiado bueno como para ser cierto".

Llego al consultorio, cero antesala (estoy de suerte), entre el cómo has estado, qué tal los niños, qué te trae por acá, se va casi una hora antes de mi "ajuste", que dura menos de tres minutos.

Salgo del consultorio, buscando una tiendita para comprar un refresco y disfrutarlo en el camino de regreso a la oficina.  Y en el lugar donde dejé la Bala de Plata, hay una chava fresa bajándose de su Yaris recién salidito de la agencia.  Se me queda viendo con cara de "este caón me querrá hacer algo, ¿grito o qué hago?"

Won-Tolla: Disculpa la mirada extraña, lo que pasa es que estás estacionada donde dejé mi coche hace media hora
Chava Fresa (celular en mano): Híjole... pues suerte (seguramente pensando "pobre wey")

Se aleja, preocupada y viendo de reojo que no le vaya a hacer algo a su Yaris recién salidito de la agencia.  Me quedo tomando aire, pensando qué es lo que tengo que hacer.

Como buen marido lo primero que pienso es mi esposa me va a matar; como hombre de acción, lo primero que hago es twittear la situación -- "Changos, parece que me robaron el coche"; segundo, avisarle a Sweetie Pie, quien prudentemente decide dejar el regaño para cuando llegue a la casa, si es que llego.

Estoy armando mi plan de acción mental - regresar al consultorio, después de anotar las calles donde dejé la Bala estacionada, tratando de acordarme de las placas (se te olvida hasta tu nombre cuando estás en esas)- cuando llega una grúa de tránsito, y con la eficiencia que los caracteriza, procede a llevarse el Yaris recién salidito de la agencia. Mmmm, muy probable que haya sucedido lo mismo con mi nave.

Won-Tolla: Oiga oficial, creo que se llevaron mi coche de este mismo lugar, ¿puede decirme a dónde?
Oficial: Al depósito de grutas, acá por Periférico y calle 9
Won-Tolla: Aaaaah, OK.   Oiga, y nomás para saber ¿porqué se los están llevando? Éste no es lugar prohibido
Oficial: Es que está prohibido estacionarse frente al hidrante
Won-Tolla: Hidrante? ¿Cuál hidra-aaaah, ya lo vi....

En esas estamos cuando pasan unos chavos Ibero en un civic negro.
Chavo Ibero 1:  Ya viste a ese cabrón... ¡ándale tómale una foto!
Chavo Ibero 2: ¡Óyeme, porqué te lo estás llevando si no es lugar prohibido!
Won-Tolla: No hay bronca, es por el hidrante... (no hagan enojar al poli, además no es mi coche)
Chavo Ibero 2: No hay ningún hidra-aaaah, ya lo vi.... vámonos wey

Tomo taxi hacia el corralón, no sin antes decirle a un tercer incauto que ya se estaba instalando que mejor no hiciera, si no quería compartir la suerte de la Bala y del Yaris recién salidito de la agencia.

Mientras tanto entran los tweets solidarios, y unos minutos después la llamada de Bondarenko ofreciendo su siempre incondicional ayuda cuando la shit happends.  No puedo evitar pensar en la chava fresa cuando regrese y no encuentre el Yaris recién salidito de la agencia.

En el corralón, no aparece la Bala... vuelve la taquicardia.
Oficial 2: Nooo joven, lo llevaron al depósito de la delegación, en Canarios, está aquí cercas, caminando 10 minutos

Son 10 soleados minutos a la delegación, luego otros 20 para encontrar el maldito corralón de Canarios.
Oficial 3: Saque su tarjeta de circulación del vehículo y le decimos cuál es el trámite a seguir

El trámite involucra encontrar un cajero automático, lo que implica otra asoleada en las calles de México.  Bueno, peor sería que estuviera lloviendo.

Finalmente, rescato a la Bala, ¡Won-Tolla nuevamente motorizado, tremble before my power!; tengo justo el tiempo para llegar a la oficina, comer de volada y llegar a junta con un proveedor.
A la fregada, soy el cliente... Fulanito, tuve un problema, reagendamos para la próxima semana, perdón por avisarte una hora antes, ciao


Llamo a casa de la hermana mayor, quien generosa como es su costumbre, accede a alimentar mi deshidratado cuerpo y apapachar mi ajetreado espíritu con los últimos chismes familiares.

Después de 45 minutos para llegar a casa de la hermana (tiempo récord, considerando la hora), otros 45 de buena comida y deliciosa conversación, parto con resignación pero con convicción hacia la oficina a atender los ochocientos mails que se juntaron en mi ausencia.

Todo por no hacer ejercicio.

2 comentarios:

Eli [Lulu de grosella] dijo...

no has pensado en viajar en metro?

http://i147.photobucket.com/albums/r319/coreamalgama/ESPADA.jpg


Un abrazo ;)

Obi Joe Kenobi dijo...

Me hubiera gustado que te quedaras agazapado, esperando a que volviera la chava fresa del Yaris recién salidito de la agencia... y le tomaras una foto a su cara cuando descubriera que su nave habia desaparecido... vanished... gone... none... nada... kaput.

Mezquino? en esta ocasión si.